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Los 7 Principios Herméticos
Algunos de los principios presentes en el Universo
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Los más interesados en el ocultismo, la alquimia y el esoterismo probablemente hayan oído hablar de los siete principios herméticos del universo, también llamados las 7 Leyes Herméticas. Sin embargo, aquellos que todavía no están familiarizados con el tema pueden leer la palabra "hermético" e inmediatamente asociarla con la expresión "cerrado herméticamente" sin hacer ninguna conexión con su origen.
De hecho, estos dos usos de esta palabra tienen su origen en la misma figura, muy importante para los estudios ocultistas: Hermes Trismegistus.
También llamado Hermes "tres veces grande" (que significa "Trismegisto" en latín), los escritos atribuidos a Hermes son tanto filosóficos, como los que buscan la esencia de todas las religiones, como técnicos, como la descripción de procedimientos relacionados con la alquimia. Precisamente de ahí viene la expresión cerrado herméticamente: las prácticas asociadas a Hermes incluyen la "magia" para "cerrar" la energía de los objetos, además de tener en su núcleo un conjunto de principios que pretenden cerrar entre sí todas las leyes que rigen el universo y su manifestación.
En el caso de la astrología, son de mayor interés los escritos filosóficos de Hermes, que se encuentran dispersos en diversas obras que tratan de la búsqueda de la gran Verdad, aquella que une a todas las religiones. Es en ellos donde radica el mayor impacto de Hermes para la humanidad, ya que muchas religiones, antiguas o actuales, orientales u occidentales, bebieron de su fuente.
Por haber nacido -o estar directamente asociado a Egipto, lugar de gran intercambio cultural en el mundo antiguo-, el pensamiento hermético acabó difundiéndose con facilidad a otras regiones y su influencia se puede ver en diversas religiones y enfoques de la espiritualidad, desde la religión musulmana al cristianismo, y a través de la astrología y de importantes filósofos como Sócrates y Platón.
El libro “El Kybalion” y los Principios Herméticos
Entre las obras más importantes asociadas a Hermes también se encuentran los textos recopilados en el Corpus Hermeticum y la Tablilla de Esmeralda, que ejercieron una gran influencia en la filosofía griega del siglo III y que resurgieron durante la Edad Media y el Renacimiento, épocas en las que se realizaron experimentos de alquimia.
En 1908, los principios que rigen todas las cosas fueron recogidos en el libro “El Kybalion”, escrito por los “Tres Iniciados” a partir de los libros de Hermes. La autoría de los Tres nunca ha sido confirmada. El título del libro deriva de la misma raíz que originó el término "cábala" en hebreo, que significa "recepción". En él se encuentran descripciones de las 7 Leyes Herméticas que rigen todo el universo y que serán resumidas a continuación.
Las Siete Leyes Herméticas
1 - El Principio del MENTALISMO: "El todo es Mente; el universo es mental".
La primera y más importante ley hermética habla básicamente del poder de la mente. El universo en el que vivimos y todo lo que creemos que es realidad es de naturaleza mental: la naturaleza, nuestras acciones, nuestros cuerpos y todo lo demás. Somos lo que pensamos. Si pensamos cosas buenas, vendrán cosas buenas; si pensamos cosas malas, se acercarán a nosotros en una estructura de forma de pensamiento. El universo es un campo de energía mental en dimensiones particulares.
2 - El Principio de CORRESPONDENCIA: "Lo de arriba es como lo de abajo. Lo de adentro es como lo de afuera".
En la segunda ley hermética, entendemos que para todo hay una correspondencia en el universo, ya sea en el microcosmos o en el macrocosmos. Tomando como ejemplo la Biblia, este principio se refleja en la analogía de cuando “Dios creó al hombre a su imagen y semejanza”. Entonces, para entender todo lo que nos rodea, tenemos que buscar su correspondencia y patrón en otros lugares.
3 - El Principio de VIBRACIÓN: "Nada está quieto, todo se mueve, todo vibra".
La Tercera Ley Hermética es ampliamente aceptada por la ciencia moderna y se ocupa del movimiento inherente del universo. Todo se mueve, porque todo vibra. Todo está compuesto de átomos en constante vibración. El movimiento es lo que provoca cambios y las vibraciones se producen en diferentes grados. A través de las vibraciones, podemos estar más cerca del caos o la armonía, y esto se puede controlar. En las frecuencias más altas está lo que no se ve; en las frecuencias más bajas están las vibraciones de la materia.
4 - El Principio de POLARIDAD: "Todo es doble, todo tiene dos polos, todo tiene su opuesto. Igual y desigual son la misma cosa. Los extremos se tocan. Todas las verdades son verdades a medias. Todas las paradojas pueden ser reconciliables".
En la cuarta ley hermética, entendemos que vivimos en un mundo polarizado. Todo tiene una dualidad: caliente y frío, luz y oscuridad, izquierda y derecha, bien y mal... Sin embargo, cuando asociamos el principio de polaridad con el de vibración, entendemos que las dualidades son dos caras de la misma moneda en diferentes grados. La oscuridad no es más que luz ausente; la salud es ausencia de enfermedad. La dualidad es también unidad.
5 - El Principio del RITMO: "Todo sube y baja, todo tiene sus mareas, todo sube y baja, el ritmo es la compensación".
En la quinta ley hermética, entendemos que vivimos en una dinámica de ciclos. Todo lo que da vueltas da vueltas, y vivimos en una eterna vibración de atracción y repulsión, de inspiración y expiración. Así como podemos estar arriba, seguramente volveremos a bajar, y eso vale tanto para los movimientos físicos como para los astros, las frecuencias mentales y los patrones de relación. A través de la Neutralización, es posible lograr una mayor estabilidad de los ritmos.
6 - El Principio de CAUSA Y EFECTO: "Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa, hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley".
En la sexta ley hermética, entendemos que las coincidencias no son más que sucesos en los que aún no se han esclarecido las causas. Toda acción tiene una reacción y nada es casual. Al dominar los principios de esta ley, es posible ser el agente causal y no solo sentir los efectos, para que podamos propagar el bien. Cuando se domina tal mecanismo, nos convertimos en maestros de nosotros mismos.
7 - El Principio del GÉNERO: "El género está en todo: todo tiene sus principios Masculino y Femenino, el género se manifiesta en todos los planos de la creación".
En el último principio hermético, entendemos que el género no está solo en lo que se reproduce físicamente, sino también en los planos mental, natural y espiritual. Toda la creación deriva de una fuerza masculina y femenina. Todo lo que existe puede tener género: seres humanos, planetas, árboles. Conociendo e interiorizando este hecho, podemos vivir en mayor plenitud.
Hermes Trismegisto: ¿hombre o divinidad?
Cuenta la leyenda que en la antigua Alejandría helenística, el dios egipcio Thoth, dios de la magia, la iluminación y las palabras de poder, se fusionó con el dios griego Hermes, de la comunicación y la sabiduría. En los textos egipcios, el nombre Thoth tenía un título triple, algo así como "Gran, Gran, Más Gran Dios".
En griego, el nombre de Thoth se tradujo a Hermes, pero para no perder la asociación con el dios egipcio, se añadió el título Trismegistus para formar Hermes Trismegistus. Sus seguidores eran conocidos como herméticos y creían que Hermes y sus enseñanzas eran la verdadera fuente de su sabiduría.
En reconocimiento de este hecho, sus obras fueron firmadas con Su nombre en lugar de su propia autoría. Tales obras se conocieron como textos herméticos, incluidas varias obras sobre alquimia, magia, astrología y filosofía. Los textos filosóficos se reunieron en una colección de unos veinte textos, llamada colección Hermetica.
Otra historia dice que Hermes fue un gran erudito y filósofo egipcio que vivió entre el 1500 a. C. y el 2500 a. C. Considerado el primer alquimista de la historia, Hermes sería capaz de transformar la roca en metal (lo que hace hoy la industria siderúrgica), extraer vida de las plantas (fitoterapia) y modificar la materia (como hacen los químicos).
Aunque fue escrita en los primeros siglos después del nacimiento de Cristo, la Hermética se presentó como una obra más antigua, escrita por un antiguo tipo de mago llamado Hermes, quien a través de prácticas místicas alcanzó un estado superior de conciencia y se convirtió en Dios. En Hermetica, la palabra griega gnosis (que significa "conocimiento") se usaba para describir el estado más elevado de conciencia. Esta misma palabra fue utilizada por otros místicos, incluidas las primeras sectas cristianas (conocidas como gnósticos), por algunas sectas judías como los esenios y por los gnósticos sabeos.
Hermetica tenía una cosmovisión mística y astrológica. Cada uno de los planetas recibió el nombre de un dios y, en el período helenístico, su orden estaba determinado por la velocidad, en el siguiente orden: Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno. También creían que los planetas formaban una especie de "escalera entre la Tierra y el Cielo" donde la energía de cada planeta recibía ciertas cualidades de ese dios, estando asociada a los cuatro elementos: Tierra, Agua, Aire y Fuego.
Los 7 planetas también se entendían como centros del alma del Cosmos y su correspondiente eslabón también se encontraba ascendiendo por la columna vertebral, desde la base hasta la coronilla, en el microcosmos del cuerpo humano. Pitágoras, el más antiguo de los filósofos místicos, desarrolló la escala musical diatónica de siete notas marcada por las siete vocales del alfabeto griego para capturar el sonido que haría cada planeta al orbitar la Tierra.
Esta armonía fue llamada en su momento "música de las esferas". Pitágoras usó esta escala en un tratamiento musical para armonizar los centros del alma humana con los planetas. Estas notas funcionaban como virtudes que sanaban desequilibrios o adicciones ubicadas en cada centro del alma.
Cada planeta fue visto como una calle de doble sentido en la que, al evolucionar, debemos dejar atrás los siete dones que nos confieren los planetas y, en un estado más purificado, entrar en un nuevo mundo más allá de la materia, con una nueva conciencia. Este proceso implicó abandonar o curar los siete Vicios asignados a cada uno de los 7 planetas:
La demasiada oscilación de la Luna; la astucia y sagacidad de Mercurio; la lujuria y la codicia de Venus; la soberbia y el egoísmo del Sol; la audacia y la ira de Marte; la codicia de Júpiter y la falsedad y acción taciturna de Saturno.
Tal proceso conduciría a la gnosis y, en consecuencia, a la comprensión de que estamos hechos de "algo más allá de la materia, seres espirituales de luz y vibración".
De todos modos... hay muchas historias, hechos, enseñanzas y leyendas en torno a Hermes Trismegistus. No se descarta la existencia de un sabio, sin embargo, la forma en que la filosofía hermética evolucionó y se transmitió de generación en generación hace de Hermes una figura que representa más que un ser humano que vivió aquí, sino un conjunto de ideas y formas de mirar la vida que colaboran inmensamente con nuestro autoconocimiento.